Películas con historias


Un caleidoscopio humano: la danza serpentina captada por los Hermanos Lumière

La bailarina americana Loie Fuller abrió en París el camino a la danza moderna con sus innovaciones entre las que se contaba la "danza serpentina", que bailó por vez primera en 1890, y rapidamente fue imitada por innumerables artistas en espectaculos fijos y ambulantes de todos los rincones del mundo.
Mientras la bailarina americana seducía con sus innovadoras danzas, estaba naciendo el cinematógrafo, que en sus primeros momentos buscaba todo tipo de temas que podían atraer a las barracas de cine a unos espectadores que nunca habían visto la vida real en movimiento, aunque esa vida real fuera en blanco y negro como también lo era la fotografía de la época.
Los hermanos Lumiere introdujeron muy pronto la danza serpentina en su catálogo de películas, y tuvo un enorme éxito. Su introducción  en el catálogo Lumiere data nada menos que en 1896, un año después del nacimiento de su sistema de proyección. Además de la sensualidad de la danza y de la emoción del movimiento, que tanto gustaban a los espectadores primitivos del cine,  los hermanos Lumiere introdujeron el color en la pelícua por medio de un sistema verdaderamente artesanal: cada fotograma era coloreado  a mano en sus laboratorios con lo que el efecto visual en la pantalla era el de un verdadero caleidoscopio humano, además a Fuller la iluminaban con diversas luces de colores mientras bailaba, así que el coloreado manual también reconstruía el aspecto original del baile.
Se conservan varias versiones de la danza serpentina en el cine de los primeros años, pero ésta es la más antigua del catálogo en la que  la propia Louie Fuller aparece bailando, y  lo que resulta lo más interesante, es que en las diversas copias coloreadas que se conservan el efecto cromático es diferente porque cada una de las iluminadoras de los laboratorios de los Lumiere que coloreaban las películas usaban en cada cuadro colores diferentes.
Como puede observarse, a la fascinación del movimiento que recuerda al de una mariposa, se añade el color cambiando constantemente mientras sigue danzando la mujer y moviendo sus ropas.
No es de extrañar que los primitivos espectadores del cinematografo se quedaran maravillados con estos espectáculos visuales, que hoy, con todo el tiempo transcurrido, nos siguen emocionando a pesar de toda nuestra destreza en contemplar ahora miles y miles de efectos digitales en el cine actual.

Una mirada irónica ante un mundo que se está haciendo moderno: "El Hotel Eléctrico" de Segundo de Chomón 
 

La obra fílmica de Segundo de Chomón es uno de los grandes placeres que nos proporciona el cine primitivo. La maravillosa obra de este realizador español que fue uno de los pioneros de un nuevo medio en los momentos en los que se estaba definiendo toda su identidad social y cultural en los primeros años del siglo XX, nos permite contemplar hoy magníficas piezas visuales, algunas todavía en la frontera de la vieja y aquilatada tradición de la linterna mágica pasada a fotografía en movimiento, y algunos de sus hallazgos cinematógraficos son tan potentes que han servido de fuente de inspiración para anuncios de televisión elaborados con la más sofisticada tecnología de posproducción digital que se dispone hoy.
"El Hotel Eléctrico" es una historia deliciosa, llena de efectos visuales logrados por la técnica de fotografiar cuadro a cuadro pacientemente para dar la sensación mágica de que lo que está viendo el espectador es posible. Se trata de un matrimonio que llega a un hotel muy moderno donde todo es "eléctrico", y se ha logrado una automatización tan perfecta que las máquinas del hotel, te afeitan, te peinan, te limpian los zapatos o te escriben las cartas de modo mágico. Estamos ante la octava maravilla del mundo moderno... pero, de improviso,  aparece en escena el factor humano, un tanto perjudicado por los efectos del alcohol, y con él retorna de nuevo el persistente fantasma de la entropía, y de la perfección surge el caos... y del caos la diversión de los que miran...
Una barraca de cine a comienzos del siglo XX en Barcelona. Se aprecia muy bien el tipo público que asistía

No les cuento el argumento a los que no la hayan visto todavía, pues el espectador va de sorpresa en sorpresa y todo termina con una relajante risotada final. Esta película de 1908 hay que contemplarla en el contexto de su tiempo, en una barraca de cinematógrafo, llena de hombres, mujeres y niños de las clases populares a los que las innovaciones y las mejoras de la vida moderna que disfrutaban los burgueses como los que aparecen en la película les quedaban en aquellos tiempos muy lejanas, y la imprevista avería final, involuntaria, es cierto, pero que no deja de parecer una venganza de los pobres contra los ricos, es un guiño muy hábil para un público que, tras fascinarse con la magia de las imágenes en movimiento, se sentía consolado por la desventura de aquellos ricachones estirados de la pantalla que tanto se pavoneaban de los placeres del mundo moderno ante los humildes espectadores del nuevo espectáculo del cinematógrafo, que pagaban apenas cinco céntimos por ver unas maravillas en la pantalla, que si existieran, ellos  no podían disfrutarlas.
 
 La "ejecución" de la elefanta Topsy en 1903: la utopía eléctrica en entredicho
Bueno, habría que comenzar diciendo que lo que muestra el video no me gusta, pero si la historia que hay detrás  de esta temprana filmación de 1903. pues es uno de los tristes ejemplos de que la utopía se puede destruir tan facilmente como se ha creado
A comienzos del siglo XX, muchas personas pensaban sinceramente que la electricidad, como nueva energía,era también el símbolo de un tiempo nuevo en el que solo habría paz y prosperidad. Como hoy ocurre un poco con la utopía de Internet, se pensaba que el siglo XX iba a ser  el mejor siglo de la historia de la humanidad gracias a la nueva tecnología eléctrica que estaba cambiando, en aquellos momentos, tantos y tantos hábitos de la vida cotidiana. Un "gurú" de aquellos nuevos tiempos, Thomas Alva Edisón, un inventor que ya no respondía al perfil clásico del erudito que inventaba en solitario, sino que era al mismo tiempo inventor y empresario, con muchos empleados a su servicio, dejó bien claro el negocio de escala industrial que se vislumbraba con el desarrollo de la electricidad, y así lo expresó cuando presentó al público la bombilla incandescente. "Las haremos tan baratas -dijo Edison- que solo los ricos quemarán velas"
La industria eléctrica de entonces estaba perfilándose y ofertaba dos tipos de corriente; la alterna y la contínua. Ambas tenían seguidores y detractores. Al mismo tiempo, en esos mismos años los penalistas americanos apostaban,por métodos mas "humanos" para la pena de muerte, y la electricidad era una de las opciones que se estaba experimentando y a las que Edison contribuyó, intentando demostrar la eficacia de la corriente continua con la que llevaba tiempo experimentando en su laboratorio electrocutando perros y gatos, por lo que la electrocución de la elefanta Topsy era una muy buena propaganda tanto para su sistema de cinematografo que estaba en pugna con el sistema europeo "Lumiere" basado en la proyección, como para sus intereses en la industria eléctrica.
Topsy era una elefanta de 28 años que pesaba casi tres toneladas y era una de las atracciones del Luna Park de Conney Island, un buen día, este animal cambió su caracter amable y mató a dos de sus cuidadores, se dice que por los malos tratos que sufría. El caso es que Topsy fue "juzgada" y condenada a morir por electrocución, lo que sería filmado por los estudios cinematográficos de Edison que es la película que se conserva y puede verse más arriba.
Experimentos de electrocución en USA en1896 
publicados en la prensa  de Barcelona
La ejecución tuvo un truco un tanto macabro, Edison y los suyos no se fiaban del todo de la electricidad como método para matar a un animal tan grande y tan pesado, y tenían muy claro que no podían fallar ante la enorme expectación que se había levantando en los medios de prensa de la época, así que se aseguraron de que el pobre animal moriría de todos modos porque le habían inyectado una fuerte dosis de cianuro antes de la electrocución. Había muchos intereses económicos en juego y no era cuestión de quedar en evidencia si algo fallaba a la vista del público.
Unos pocos años antes, concretamente en el mes de agosto de 1890, se había electrocutado por primera vez en  Nueva York a un condenado a muerte, se llamaba William Kemmler, y, según los datos que se han conservado, la experiencia fue una verdadera chapuza en todos los sentidos y la electrocución causó un daño horrible al condenado. Como consecuencia de esta ejecución de un ser humano, muchos utópicos de la electricidad en todo el mundo protestaron ante las embajadas de los Estados Unidos, pues, de pronto, descubrieron el rostro siniestro de la tecnología eléctrica que no solo servía para el progreso como ellos pensaban sino que también podía servir para matar... 
La electrocución de "Topsy" nos muestra no solo los intereses en torno al negocio de la electricidad que había en la época, sino una característica de nuestro tiempo, y es que todo lo que acontece, sea amable o terrible como es esto, termina por convertirse en un espectáculo visual...
Hoy la pelicula que hizo Edison sobre la elefanta Topsy nos debe recordar que uno de nuestros valores más fuertes que tenemos es el rechazo a la pena de muerte como signo de pertenecer a sociedades avanzadas que pueden resolver sus problemas y contradicciones sin servirse de esta práctica que aun está vigente, por desgracia, en demasiados países.

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